''Y flotando en el aire, en el Tiempo, nuestros cuerpos y almas se aflojan y todo el Universo pasa frente a Nosotros, como una mancha que se creó de nuestra rota y quebrantada Alma. Condena de ser estar varados en un instante...''


viernes, noviembre 22, 2002

Carnaval

<< Extraño los días en que me mirabas con dulces cadenas, que me apresabas en una interminable canción y me elevabas más allá de Lo conocido en alas forjadas en la oscuridad de tu alma y la mía. No ha pasado ni un segundo desde la última vez que hicimos eso, pero los últimos instantes me han parecido toda una eternidad. Tu cara paralizada, tu risa eterna en el aire, inundan mi ser haciendo este dolor menos intenso, bañándome en graciosos néctares mientras, sin darte cuenta de lo que sucede a tu alrededor, el silente proyectil quema mis entrañas despedazando todo lo que se atraviesa en su camino, abriéndose paso hasta alcanzar nueva libertad, y poder volar sin más obstáculo que la inmensidad del aire. Antes de caer, e incluso antes de que el impacto se sienta y tú te des cuenta de que ya no hay mucho tiempo de decirte adiós, alcanzo a vislumbrar una sombría sonrisa de aquel que otrora fue el dichoso merecedor de tus placeres y caricias. Con el arma aun humeante, mirándome inquisitiva al igual que él lo hace, termina de romper su alma con el cruzar de nuestras miradas.
Siento su tristeza y me apena, siento lástima por él. Lo ha hecho todo para acabar haciendo nada. Y él también se da cuenta de que, aunque no me ha tocado en lo absoluto, sus manos están embadurnadas en sangre. Sangre de inocente, si es ése el título que merezco.
De pronto, aunque el tiempo siga detenido, me doy cuenta de que algo de tus dulces cadenas quedan en él, en el recuerdo. Pero ahora son tan sólo ásperas y largas ramas espinosas, torturándolo y sofocándolo, y que las sombras que antes me rodeaban, ahora son extraños seres que se cuelan por todos los orificios de su cuerpo, y se hospedan en él, con una sonrisa complaciente en sus labios. Me entristece, realmente, pensar que aquellos seres que me daban tanta paz y placer, serán en poco tiempo responsables de su locura. Más me entristece, sin embargo, saber que luego de que la funesta bala termine de atravesar mi cuerpo, partirá rumbo al tuyo, debido al giro que tu persona ha hecho hacia mí para mostrarme aquellos juegos en donde jugarían nuestros futuros hijos, y que justo después de que contemples mi rostro y comprendas lo que está aconteciendo, será tu vida la mermada por el infausto acto del que antes ocupaba mi lugar.
Tal vez algo pueda yo hacer para evitarlo, tal vez un movimiento repentino, sacando fuerzas de flacura, logre salvarte, darte la oportunidad de seguir en este mundo, para vivir, para gozar, para llorarme y seguir. Tal vez pueda salvarte; pero para eso, tendría que acabarse este momento… >>
Zalhael

jueves, noviembre 07, 2002

Farewell

<< Cuando las lágrimas caen, oscuras sobre el concreto, y veo tu silueta alejarse de mí, creo que una de tus estrellas ha muerto para ya nunca más volver.
Te vas hacia un sitio que yo no he visto, hacia lugares que ni siquiera puedo pronunciar, por temor a perderte y hacerlos realidad con el sólo mencionar sus nombres...
"Adiós" parecía tan innecesario en ese momento, e inclusive absurdo. Sin embargo, ahora el agudo dolor de mi pecho grita e injuria en contra de mi estúpida altivez, y todo el caos parece alojarse en mi sien.
Y por supuesto, tu voz resuena en el aire con tonos amargos y de odio, con dulces canciones que llegan al alma, y con miles de rasantes cuchillos que desgarran mi corazón en una suave caricia...
Añoro los momentos cuando tan sólo eso eran, y mi corazón latía con cada segundo que pasaba; cuando tu mirada podía paralizar mi existencia, tan sólo para hacerla digna de avanzar de nuevo. Ahora, la escasez de tus ojos ha causado que la vida ya no siga, y como tu ausencia es lo más presente que queda aún, mi ser ya no retorna a su cauce, ya no puede ser.
Con cada paso, una eternidad. Con cada lágrima, un mar. Con cada segundo que no pasa, muero un poco más. Pero si la vida sigue, no quiero saberlo, porque amo el dolor que causa tu partida...
Te extraño desde antes que te hubieses ido, aunque prácticamente fui yo quien quería que te fueses. Te amo con toda mi alma, pero no puedo evitar el odiarte desde lo más profundo de mi ser...
Cuánto más puedo esperar a que acabes de una vez de irte, no puedo especular, puesto que ya se me hace desagradable el hecho de que existas sin que estés aquí, conmigo, donde deberías estar. Y aunque yo no quiera que sigas a mi lado, deberé soportar la verdad que es que te necesito. Que no soy quien para decidir qué es lo que en verdad siento por tí, lo que necesito sentir por tí, o lo que quiero sentir.
Me has abandonado y es lo justo, no puedo pedir menos. Desde siempre ha sido y así debe ser. Repetir esta escena por la eternidad una y otra vez... Mientras mis lágrimas se secan en el concreto y veo tu silueta alejarse de aquí... >>
Zalhael